Oriana, la heroína feroz que rompe moldes: así nace Hija de la ira, un thriller que no podrás soltar. Una entrevista de Ángela Zamora

Para empezar, me gustaría preguntaros cómo estáis llevando la promoción de este libro y, también, cómo os encontráis vosotros.

Pues estamos un poco sobrepasados porque tenemos dos trabajos. Por la mañana somos profesores y por la tarde hacemos la promoción. Pero, al mismo tiempo, estamos muy emocionados, porque ese "nuevo trabajo de la tarde" nos parece muy estimulante. Hay muchas historias nuevas que estamos intentando abordar de la mejor forma posible, y, además, estamos intentando disfrutar del proceso.

¿Cómo llega Hija de la ira a vuestras vidas? ¿Cuál fue la primera chispa: la historia, el personaje de Oriana, o quizás el deseo de romper con los moldes clásicos del thriller?

La primera idea que surge es el personaje. Nos llamaba mucho la atención colocar a una mujer en contextos tradicionalmente masculinos, como lo son la novela de acción o el thriller. Es un género que nos gusta mucho porque te arrastra, te empuja a seguir leyendo; no puedes dejar la historia porque estás enganchado. A partir del personaje surgió la idea de escribir juntos, y también empezó a construirse la historia de la novela.

¿Qué límites diríais que habéis cruzado como escritores? ¿Y qué queríais provocar en los lectores?

Una de las claves principales de la novela era que resultara adictiva. Por eso, la estructura, el género, y la mezcla de elementos de distintas tradiciones —el thriller, la novela negra, la policiaca, la novela de acción— estaban pensados para generar capítulos que obligaran a seguir leyendo, casi de forma continua, hasta terminar el libro. Ese era un principio irrenunciable para nosotros desde el inicio.
 Como decía Ana antes, el personaje femenino era el motor de toda la historia. Y, además, queríamos que el lenguaje fuera atractivo, que tuviera una hondura poética, algo que nos diferenciara del lenguaje más plano o funcional que suele usarse en la novela policiaca.

Los lugares que describís también juegan un papel muy importante. ¿Cómo ha sido el proceso de convertir ese paisaje rural en un campo de batalla emocional —y también físico?

El paisaje es casi un personaje más. Elegimos Las Merindades porque tiene una carga emocional fuerte para nosotros. Pablo pasó allí muchos veranos de campamento, y yo tengo amigos en la zona. Conocíamos bien el escenario que íbamos a utilizar, y eso hacía más fácil emocionar a través del paisaje. Cuando tú ya estás emocionado con un lugar, transmitir esa emoción es más natural. Además, es muy impactante que todas las escenas violentas sucedan allí, en Villarcayo. Puede ser una sorpresa para el lector encontrar una serie de crímenes en un lugar que, aparentemente, es pacífico y nada violento.

¿Qué verdades o realidades incómodas habéis querido poner sobre la mesa con este libro?

Nuestro objetivo principal era generar una experiencia de lectura adictiva, más que profundizar en temas concretos de forma deliberada. Sin embargo, al construir los personajes —especialmente la protagonista y otros personajes femeninos clave, entre ellos cuatro de origen marroquí— el tema de la inmigración en España se convierte en un factor fundamental para entender sus personalidades, sus vivencias y todo lo que les sucede en la novela.

Obviamente, eso implica una postura, pero no queríamos moralizar. Más bien queríamos naturalizar: mostrar cómo personas inmigrantes o familias inmigrantes viven su día a día en el contexto español y, en concreto, en el entorno de Villarcaigle, que es donde transcurre la historia. Ese podría ser uno de los temas. Pero también están presentes cuestiones como la familia, la independencia, la lealtad, la amistad… Muchas líneas temáticas que surgen de las peripecias de los personajes, aunque no las trabajamos desde un enfoque discursivo o reflexivo. Nuestro enfoque fue construir personajes verosímiles y potentes. Lo que el lector extrae de ellos ya es una conclusión propia.

¿Creéis que esta historia podría haber ocurrido en otro lugar que no fuera la España rural? ¿Teníais algún otro sitio en mente?

La verdad es que en cuanto se nos ocurrió situarla en Las Merindades, lo tuvimos claro. No tuvimos dudas después de eso. Es cierto que podría haber sucedido en otro sitio, porque lo que le ocurre a Oriana tiene un componente universal. Ella atraviesa un conflicto al que debe enfrentarse, y eso podría suceder en cualquier parte, porque al final es una cuestión humana. También queríamos destacar la capacidad del ser humano para superar dificultades, y eso está muy presente en Oriana. Es una de sus virtudes.

Hablando de Oriana, la protagonista rompe todos los esquemas. ¿Qué representa para vosotros esta heroína tan feroz?

Cuando creas un personaje como Oriana, en realidad estás pensando en mujeres excepcionales que conoces. Oriana no es una heroína porque le pasen cosas extraordinarias, sino porque posee cualidades que tienen nuestras amigas, nuestras madres, nuestras hermanas… mujeres reales que conocemos, y también muchos hombres, por supuesto. Lo que hicimos fue tomar habilidades concretas de mujeres comunes y volcarlas en un solo personaje. Y cuando lo haces en el marco de una novela, eso se vuelve extraordinario. Muchas mujeres anónimas son tremendamente inteligentes, valientes, resilientes, empáticas… Eso no es algo raro, está en lo cotidiano. Nosotros simplemente lo hemos reunido todo en un personaje.

¿Cuál de todos los personajes os ha sorprendido más? Por ejemplo, tenemos a esa figura más en la sombra, o a la hacker peligrosa. ¿Tenéis algún favorito?

Uf, es difícil elegir. Todos tienen algo que los hace admirables, así que es complicado quedarse con uno. Oriana, por ser el origen de la historia, quizá tiene un valor emocional más fuerte. Pero hemos pasado muchas horas con todos los personajes, y les coges cariño, incluso a los que hacen cosas malas. No queríamos construir villanos en el sentido clásico. Más bien, personajes que reaccionan a la vida que les ha tocado de la mejor manera que pueden o saben. El juicio moral no lo hacemos nosotros, lo hace el lector, en función de los actos de cada personaje.

¿Cuál es el personaje del que más hablan los lectores?

Yo diría que Oriana, aunque también la inspectora Fonfría tiene sus adeptos.
 Recientemente, en una firma, un chico se nos acercó gritando: “¡Javi, tenéis la carta de Javi!” Y la verdad, nos hizo mucha ilusión que se fijara en ese personaje, que quizá es el que más roza lo negativo... y sin embargo, consigue generar simpatía también.

Esta pregunta seguro que os la han hecho ya en muchas entrevistas, pero... ¿cómo se escribe una novela a cuatro manos sin acabar queriendo asesinar al otro, ya que hablamos de thrillers?

Nosotros llevamos trabajando juntos muchos años, unos quince. Empezamos con proyectos pedagógicos, haciendo cosas como docentes, y con el tiempo lo creativo fue ganando terreno. La base de nuestro equipo es la confianza. Sabemos que tenemos un objetivo común. Si alguien modifica algo del texto, no lo tomamos como algo personal, porque lo que nos importa es mejorar el resultado, no destacar uno por encima del otro.

¿Qué referencias manejáis mientras escribís? ¿Cine, literatura, música...? ¿Hay algún homenaje implícito?

Sí, hay influencias claras. Por ejemplo, el personaje original surgió con la idea de traer al género femenino y al contexto español un tipo de protagonista que ya existía en la novela norteamericana. Hablamos de autores como Don Winslow o Lee Child, con personajes duros, muy capaces física y mentalmente, que se enfrentan a conflictos complejos.
 Queríamos renovar ese imaginario: llevarlo al terreno femenino —que lo hace más sorprendente— y a la literatura española, donde apenas habíamos visto ese tipo de figura.

También el cine y las series han influido mucho. Por ejemplo, cuando escribíamos, estábamos viendo Juego de Tronos, y muchos de sus personajes femeninos nos parecían interesantísimos. Es una serie que, en su momento, supuso una revolución en los giros narrativos, y eso también dejó huella. Y por supuesto, venimos de la filología, hemos leído muchos clásicos y también literatura contemporánea. No hay una única referencia, sino una mezcla de todo eso.

¿Hasta qué punto esta historia es también una historia sobre la necesidad de ser amado? Porque habla de desarraigo, huida, abandono...

Totalmente. Oriana arrastra una carencia afectiva desde su infancia. Tiene un pasado en el que ha faltado el amor, y eso se convierte en una herida que la acompaña durante toda la novela. Queríamos que, pese a sus habilidades extraordinarias, fuera un personaje vulnerable. Esa necesidad de afecto es su talón de Aquiles, lo que la humaniza y la hace más cercana al lector.

¿Creéis que el thriller es un género que aún está prejuzgado? Porque puede servir para tratar temas muy profundos: identidad, origen, trauma...

Sí, claro, pero eso pasa con cualquier género. Un thriller puede ser de altísima calidad o de calidad muy baja, igual que ocurre con cualquier tipo de novela. El género en sí no limita nada. Dentro del formato del thriller puedes construir algo con enorme profundidad, con una técnica literaria elaborada y con personajes complejos. La calidad no depende del género, sino del trabajo que se haga con él.

¿Os gustaría ver esta historia en la gran pantalla o en formato de miniserie?

¡Por supuesto! Sería increíble. Solo por el placer de ver a los personajes cobrar vida en pantalla, en una dimensión más visual, ya valdría la pena. Eso sí, también dependería de si el resultado final nos gusta, claro (risas). Pero sí, nos encanta el cine y las series, y sería un paso natural y muy emocionante.

¿Os ha dado vértigo publicar esta novela? ¿Sentíais nervios?

Sí, vértigo sí. Es una aventura nueva, pero también estamos muy emocionados. Después de un tiempo largo con la novela escrita sin encontrar editorial, poder publicarla y ver que hay lectores ahí fuera, formando una comunidad alrededor del libro, es muy especial. Más que nervios o estrés, lo que sentimos ahora mismo es entusiasmo.

¿Cómo os sentís al formar parte de un sello tan grande como NdeNovela?

Pues la verdad, está muy bien. Es un honor. Vemos que nuestra novela cuenta con un respaldo, un apoyo y una capacidad de llegar al público que están claramente por encima de la media, especialmente si lo comparamos con editoriales más pequeñas o incluso con la autoedición, que también puede ser una opción válida. Desde ese punto de vista, nos sentimos bastante privilegiados. Y además, trabajar con profesionales de tan alto nivel es una auténtica maravilla.

Y ya para terminar, ¿qué proyectos tenéis para los próximos meses, además de seguir con la promoción del libro?

Ya habíamos comenzado varios proyectos literarios. La verdad es que tenemos tres historias en marcha, aunque aún no hemos decidido por cuál decantarnos. Pero sí, seguimos escribiendo y tenemos muchísima ilusión por publicar más libros.